
¿Porqué necesitamos trabajar juntos en la prevención, vigilancia y control de las enfermedades transmitidas por vectores?
El Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de las Enfermedades Transmitidas por Vectores publicado en abril de 2023 tiene la finalidad de disminuir el riesgo y reducir al mínimo el impacto global de estas enfermedades emergentes desde la perspectiva de “Una Sola Salud”.
Autores:
Lucía García San Miguel y María José Sierra Moros
El 27 de abril de 2023, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial aprobó el Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de las enfermedades transmitidas por vectores, que se publicó días después en la página web del Ministerio de Sanidad. Este plan marca un hito colaborativo entre la salud humana, animal y ambiental, poniendo en común los esfuerzos realizados por cada uno de estos sectores desde hace muchos años en España. De este modo, el plan se enfoca en la perspectiva de «Una Sola Salud», propuesta por la OMS y tan en boga en los últimos tiempos. Es por ello que algunos objetivos y actividades propuestos en este documento sean similares a los presentados en otros planes y programas, como, por ejemplo, el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente, aprobado el 24 de noviembre de 2021 o el Programa de Vigilancia de la Fiebre del Nilo occidental desarrollado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y publicado en 2022.
El Plan contiene una parte común en la que se describen los objetivos generales y específicos, y la coordinación entre los distintos niveles. Teniendo en cuenta los aspectos tan diversos que se deben abordar en relación con estas enfermedades, la coordinación cobra especial importancia, para dar voz a todos los actores y mantener vivo y actualizado el propio plan, a la vez que se establecen los indicadores para evaluar su implementación a lo largo del tiempo. En situaciones de alerta, como las que ya hemos vivido en España con los casos autóctonos de dengue o fiebre del Nilo occidental, realizar actuaciones coordinadas y establecer una buena estrategia de comunicación son piedras angulares para manejar la crisis de forma adecuada. El plan contempla, además, la incorporación de la participación de la población en la vigilancia y el control, a través de proyectos de ciencia ciudadana, que ya ha sido clave en la detección de nuevas zonas con presencia de Aedes.
El documento contiene dos partes asociadas a las enfermedades transmitidas por distintos vectores. La primera parte, dedicada a las enfermedades transmitidas por mosquitos del género Aedes, fue publicada por primera vez en 2016 y se actualiza en esta edición de 2023. Esta primera parte está centrada, sobre todo, en Ae. albopictus, que hizo su entrada en nuestro país en 2004 y hoy día está considerado una especie exótica invasora establecida en gran parte de la geografía española. Este mosquito es vector potencial de virus como el del dengue, Zika, chikungunya y fiebre amarilla. Si bien en este momento consideramos que los Ae. albopictus establecidos en España están libres de arbovirus, el riesgo de introducción a partir de viajeros procedentes de zonas endémicas en su periodo virémico es alto. Uno de los grandes objetivos del plan es evitar que esto no ocurra, puesto que nos situaría en un nuevo escenario de riesgo para la salud pública en la que podríamos adquirir uno de estos virus sin salir de nuestro país. El plan contempla actuaciones en este sentido. Así, se propone dar un consejo novedoso a los viajeros, más allá de su salud personal para proteger también la salud de la colectividad. Seguir utilizando en las zonas con gran densidad de Aedes durante dos semanas medidas de protección frente a picaduras de mosquito al retornar de un viaje a una zona con alta transmisión de estas enfermedades podría tener un cierto impacto para evitar el riesgo de introducción de virus en los mosquitos locales. Pero esta recomendación es especialmente importante si el viajero desarrolla síntomas compatibles, y más aún si es diagnosticado de algunas de estas enfermedades en fase de viremia, por lo que la colaboración de los profesionales sanitarios y la implicación de la ciudadanía va a resultar crucial. Del mismo modo, es fundamental la colaboración entre el sistema sanitario asistencial y el de salud pública, para que las actuaciones puedan extenderse en poco tiempo a las inmediaciones de la vivienda de la persona con viremia, y controlar los mosquitos potencialmente infectados. Así podemos evitar que se produzca un brote, como ya hemos vivido en nuestro país y en los países vecinos. De nuevo, para que podamos actuar de forma eficiente, necesitamos estar bajo el paraguas de “Una Sola Salud”.
Y no sólo se ocupa el plan del mosquito ya establecido, sino también contempla las enérgicas actuaciones de contingencia frente a una posible introducción de Ae. aegypti, en España, que tiene unas condiciones idóneas para su establecimiento. Se ha tomado como ejemplo de las excelentes medidas realizadas en las introducciones puntuales en los últimos años en las Islas Canarias. Otras especies con menor potencial de transmisión de enfermedades (Ae. japonicus), se tratan de forma más abreviada en esta primera parte del Plan.
La segunda parte del Plan está dedicada a las enfermedades transmitidas por mosquitos del género Culex, sobre todo centrada en la principal arbovirosis detectada en España, la fiebre del Nilo occidental (FNO). Y aquí se hace especialmente relevante la colaboración entre la salud pública humana y la sanidad animal, de larga tradición en España. Efectivamente, la vigilancia de esta enfermedad en caballos y aves es un indicador clave para predecir la aparición de casos en humanos. Del mismo modo, la vigilancia entomológica de la densidad de mosquito Culex y el porcentaje de positividad frente al virus de la FNO, nos ha enseñado en los últimos años, la gran utilidad que tienen estos estudios para poder evitar la transmisión a humanos.
Por último, la segunda parte del Plan, incluye al virus Usutu, menos conocido, pero también presente en nuestro país y otros arbovirus que potencialmente puedan emerger. Así mismo, se han incluido brevemente algunas primeras medidas de contingencia referidas al virus de la fiebre del Valle del Rift, en caso de que se introdujera en España, de nuevo con la estrecha colaboración del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca.
Además, se presentan varios anexos al Plan, algunos de los cuales también pueden ser consultados de forma independiente, con contenidos más técnicos acerca de la gestión integrada del vector, uso de biocidas y el manejo clínico de los casos. Posteriormente, se irán incorporando una tercera parte dedicada a enfermedades transmitidas por garrapatas, una cuarta dedicada a las enfermedades transmitidas por flebotomos y una quinta dedicada al mosquito Anopheles.
En conclusión, la realización de este Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de las enfermedades transmitidas por vectores, con enfoque de “Una Sola Salud”, viene a integrar todos los esfuerzos realizados durante los últimos años por las instituciones y por muchos profesionales que han aportado su motivación y conocimientos. Pretende seguir impulsando las actuaciones necesarias para una mayor integración de todos estos actores, para garantizar una respuesta coordinada frente al riesgo para la salud pública que suponen estas enfermedades.


Autoras:
Lucía García San Miguel y María José Sierra Moros
Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES)
Ministerio de Sanidad
Paseo del Prado 18, Madrid 28014