
Viajar asombrado
El verano de 2008 descubrí el Sur de Etiopía, viajando con un Toyota alquilado hacia el Sur justo al otro lado de la zona turística.
A la vuelta descubrí que era un viaje arriesgado, atravesando pistas sin conductor local, cogíamos en autoestop a algún etíope para pasar desapercibidos.
La foto de la niña refleja la cara de asombro que ponían al vernos, llegábamos a pueblos donde parecía que no habían visto un blanco, tocando el pelo que yo en esa época lo llevaba liso, parecíamos extraterrestres ante ellos.
Seguimos bajando, llegamos a poblados donde el “bar” era una neverita con bebidas y el hotel un garaje con una cama con colcha de leopardo.
En una de las paradas fotografié a esta niña con esa mirada tan expresiva, y después le mostré su foto en la cámara, que risa tan clara.
Autora:
M Mar Lago Núñez
Seguimos avanzando por la pista donde 10 Km eran tres horas de viaje, en una parada vino un niño corriendo, sudaba y se paró sonriendo. Le ofrecimos caramelos, pero no quería nada y se volvió tal cual.
Los niños solo pedían botellas de agua vacías, me imagino que para llenarlas de agua.
Llegamos a Arba Minch para ver el Lago Chamo, vino nuestro guía (de 12 años) y nos llevó primero a por una lata de gasolina, luego a por sus otros colegas y después hacia el lago y ahí nos quedamos atascados en el barro, entre muchos empujando sacamos el coche y me puse perdida.

Creo que no se pueden ver más cerca los cocodrilos e hipopótamos que aquella vez en esas barcas minúsculas.
Al final del viaje fuimos a Jinka, no he estado en Nepal, pero me recordó a lo que he visto. No bajamos más por no llegar hasta la parte fronteriza con Kenia, más peligrosa.
Viaje accidentado, pinchamos un par de veces, salían niños de todas partes a ayudarnos. Llevamos la rueda a recauchutar a los numerosos talleres que había.
Algún susto como cuando nos paró un niño soldado con un kaláshnikov a pedirnos la documentación del coche .
Cuánto aprendí, cuánto me asombró todo lo que vi, fue quizás o sin quizás el mejor viaje de mi vida.
“Es imposible transmitir sensaciones vitales de cualquier momento dado de nuestra existencia, las sensaciones que le confieren veracidad y significado, su esencia sutil y penetrante”.
Joseph Conrad. Libro El Corazón de las tinieblas

Autora:
M Mar Lago Núñez
Médico especialista en Patología Tropical y Medicina del Viajero
Lectora y amante de los animales. Viajera cuando puede.